El verdadero valor
Si tienes la bendición de tener todas tus extremidades completas ¡aprovéchalas!,
Cada segundo que pasa, ¡alégrate!
Hay quienes sin manos tocan guitarras,
Sin brazos, abrazan la vida, y la viven,
Si aún tienes a tu madre con vida, cuídala, demuéstrale todo tu amor,
No te canses de brindarle cariño y tiempo,
Hijos que sobre una tumba fría derraman, saladas lágrimas,
Y desearían tenerla por lo menos un minuto, para de sus labios arrancar,
Un cálido ¡TE AMO MAMÁ!
Dale la oportunidad, que a ti nadie te negó, que es la vida,
Cuídalo, ayúdalo a crecer, pero más que todo ámalo,
Mujeres que tras un sinfín de excusas, y sin compasión alguna,
Le quitan el derecho a vivir a ese pequeño ser.
Si la oportunidad de ser padre tienes,
¡Asúmelo!, y con responsabilidad y ejemplo enséñale el camino de la vida,
No seas como otros que escapan de su responsabilidad,
Perdiendo la dicha de compartir con ese pequeño, sangre de su sangre.
Si la oportunidad tienes de a tu boca llevar alimento, todos los días,
¡Agradece!, hay quienes que con sobras llenan el vacio,
Que en su estomago tienen.
Si tienes la bendición, de vivir bajo un techo, en lo cálido que es un hogar,
Y de por las noches reposar sobre un cómodo colchón,
Cubriéndose del frio con unas calientes sábanas, ¡alégrate!,
Hay quienes tienen como hogar, los bajos de un puente
Como sábanas, viejos periódicos, y como colchones, un frio piso.
Si día a día tus esfuerzos depositas sobre ese trabajo,
Que tanto te martiriza y desgasta, ¡aprovéchalo!,
Y deja a un lado esas desagradables quejas,
Muchos afueran día a día luchan por uno,
Y por muy cansado que fuera, lo aceptarían.
Hermano si la oportunidad tienes de un trabajo tener, y llegar a un techo donde descansar, donde un bocado podrás probar, con hijos con quien compartir, y a una madre a quien agradecer la vida, alégrate, aprovéchalo, vívelo, disfrútalo. Pero sabes, hay un don que todos lo poseemos, el don de amar, y esta es la base fundamental de la vida, ama tu cuerpo, tu madre, tu hijo, tu padre, tu trabajo, tu escuela, pero más que todo ama a Dios, ya que al amarlo estamos amando toda nuestra vida, todo nuestro alrededor, agradécele por todas la bendiciones que derrama sobre ti, hay quienes sin tenerlas lo hacen y con una sonrisa en sus labios salen adelante, así que hermano alégrate por tu vida, y aprende a compartir con quienes carecen de estas bendiciones.
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