PERSONA
Por: Cinthia Vargas
“Ser o no ser” Shakespeare
Una película escrita, producida y dirigida por el cineasta sueco Ingmar Bergman en 1966. Se rodó en estudio y en la costa de Gotlands Lan, al sur de Suecia. Nominada a un BAFTA, ganó 5 premios.
Narra la historia de Elisabeth Vogler (Liv Ullman), actriz de teatro, casada, madre de un hijo, que hace 3 meses, durante una representación de Electra, dejó de hablar no sabemos si por decisión propia e intencional o a causa de algún trastorno. Con el silencio impone su deseo de existir.
Es encomendada por la médico a la enfermera Alma (Bibi Andersson). El tratamiento las lleva a una casa de campo en pleno verano.
Desde el momento en que ambas mujeres comparten la vida solitaria, en la que no hay comunicación verbal, van surgiendo los conflictos de cada una, pero es sólo una de ellas, la enfermera Alma, la que habla.
En el tiempo de la convivencia en la casa de campo, crece la atracción física en las mujeres. La paciente, Elizabeth, es más fuerte que Alma, la enfermera, y esto ocasiona un enfrentamiento violento entre ellas.
Hay un parecido físico entre las dos mujeres, y Bergman enfatiza la similitud al crear un plano en el que combina media cara de cada una de ellas, como un retrato.
Persona es, dentro de la conocida filmografía de este director, una de sus obras más controvertidas. Una reflexión sobre el poder de los medios, nos muestra símbolos que posteriormente se desenlazan en el reflejo de ideales humanos, virtudes y defectos, atributos que se realzan con las personalidades de las actrices. En ambos casos dos mujeres opuestas en temperamento y en nociones de la vida se unen para conjugar un drama a partir de la relación de un hombre con una de ellas.
Así es cómo la película nos muestra el silencio de una protagonista como instrumento para la dominación de la compañera. Con la mayor economía de personajes y escenarios se nos muestra a plenitud de imágenes un difícil tema: Dos mujeres conviviendo en una extraña relación.
El desenlace de la película nos ofrece a las mujeres una frente a la otra. De ellas sólo habla Alma, la enfermera, y expone lo que cree es la causa de la enfermedad de Elizabeth: El nacimiento indeseado de un hijo al que ella ha odiado.
El director sueco hizo una película totalmente creativa, libre de las ataduras de los estudios y los productores. Elizabeth y Alma se complementan en una mezcla mental de ideas, recuerdos, deseos y esperanzas.
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