Día 1: Entre la creatividad y la legitimidad
Por: Elías Roldán
Sebastián Trujillo explicó mediante sus experiencias cómo se debe realizar una película con bajo presupuesto
Un experimentado Director de Arte relajado y sin complicaciones, y un Abogado serio y experto en los derechos de autor y de propiedad intelectual fueron los primeros conferencistas de un festival organizado por EDCOM que prometía, como ellos decían, “mostrar una nueva realidad”.
Sentado en el filo del escenario, en una señal de confianza e informalidad ante el público, Sebastián Trujillo, Director de Arte de varias series internacionales, cortometrajes, video clips y spots publicitarios, dictó su conferencia titulada “El Cine de Guerrilla”, actividad con la cual iniciaba el Festival Puerto Audiovisual, un evento de tres días que se llevaría a cabo en el Auditorio del Centro Cultural Libertador Simón Bolívar (antes MAAC).
Desde el principio, Trujillo, basado en sus experiencias en la realización de audiovisuales con bajo presupuesto, enfatizó la importancia de tener una buena historia para el éxito de una película, y el ser abierto a la crítica constructiva de terceras personas. “Lo primero que uno tiene que hacer para ser un audiovisualista sin plata es un buen guión. Es necesario escuchar a tus amigos más sinceros e incluso a tus enemigos. Ellos te van a decir realmente cuales son tus verdaderos errores. Si tú le presentas tu guión a tus padres o a tu novia, y les agrada, a veces lo hacen por compromiso, y tu historia no es realmente buena. Entonces hay que volver a escribir. Eso es una película desde mi punto de vista: es saber contar una pequeña o gran historia”, mencionó.
El Director de Arte de la película “A Tus Espaldas” continuaba con su exposición de manera animada y abierto a cualquier pregunta de la audiencia. Declaró que el trabajo en equipo es importante para la realización de un producto audiovisual de calidad. “Tienes que comenzar a trabajar con una amiga o amigo que pueda hacer la parte técnica del asunto. Además, uno siempre conoce a alguien que le gusta actuar, y un actor es otro recurso que nos va a servir. Para un cine gratuito, es importante que las personas estén metidas de corazón en lo que hacen, porque van a hacer las cosas con mayor gana, no te va a cobrar, y por más que las condiciones sean complicadas, van a estar con mejor ánimo ”, afirmó.
Trujillo también explicó la importancia de los detalles técnicos de una película, sin importar que la película tenga poco presupuesto. “La dirección de arte es todo lo que se ve en las películas, y permite ambientar una película para que sea creíble. Cuando una película es barata tiene que ser mucho más cuidada y es importante fijarse en los aspectos técnicos de la dirección de arte. El guión, la dirección de arte, la fotografía y una buena actuación hacen que una película sea decente”, enfatizó.
La importancia del catering o el servicio de alimentación para el personal que trabaja con el productor de una película fue lo que el conocido productor del libro “MicroQuito” expuso de manera especial. “Puede ser que no pagues, pero tienes que dar de comer bien a la gente. Si no tienes una buena comida, o que el almuerzo sea de un dólar, o que no haya ni siquiera una botella de agua, al ultimo día del rodaje va a haber gente con mal genio porque la comida regularmente nos cambia el carácter, y va a haber un malestar general. En el universo del cine, es necesario hacerse amigo de alguien que tenga una pizzería, o tener una mamá que cocine muy bien. Es importante tener un buen catering en el rodaje gratuito de una película”, aclaró.
Al hablar del rodaje del filme sin presupuesto alguno, Sebastián dio varios consejos a los estudiantes de diseño y producción de diversas universidades cuya presencia fue mayoritaria en este evento. “La mejor manera de conseguir plata es poder venderle tu película a una persona, público o institución que tenga el dinero o los instrumentos necesarios para el rodaje. Hay que usar el recurso de ir a pedir, pero pedir a cambio de algo, porque no estás regalando tu trabajo. Puedes vender espacios en la película, porque de eso se trata el “auspicio”: poner en tu filme el logo de las instituciones que te ofrecieron su apoyo en la realización de la obra. Te darás cuenta que realmente puedes conseguir cosas dando cosas también”, explicó.
Siendo fiel al proceso que toma hacer una obra audiovisual, Trujillo expuso cómo es el proceso de postproducción. “La edición es el segundo tiempo más largo en la producción de una película, después de la creación de un guión. En el guión escribes tu película literalmente, en la edición la escribes audiovisualmente. Hay que darle tiempo y soledad. Al terminar de editarla no es recomendable presentársela a los actores, porque siempre van a querer tener más presencia en pantalla. Hay que presentársela a la productora y a un grupo de amigos que no hayan estado involucrados en la producción de la película”, describió.
Por último, Sebastián habló sobre la proyección al público de la producción audiovisual realizada y cómo esta puede ser otra forma de obtener financiamiento para futuros proyectos. “Una historia no es para guardársela para sí mismo, sino para contarse a otras personas. Es importante buscar festivales de cine en el Internet, y participar en ellos para que tu película pueda ser vista por otras personas. Ten la seguridad que tu obra puede llegar a ser “Selección Oficial” de algunos festivales, y si ganas, cada uno de ellos te dará apoyo económico para financiar el rodaje de tu película. Eso también te da prestigio para poder obtener más dinero para tu próximo filme. Puede que aquí no tengamos los fondos para poder realizar una obra audiovisual, pero afuera sí hay gente que desea ayudar y no podemos desaprovechar esos recursos”, manifestó Trujillo, quien terminada la conferencia recibió fuertes aplausos y agradecimientos por parte del público.
El Abogado Rafael González explicó en un lenguaje claro y sencillo los aspectos legales que rodean la producción de una película.
A diferencia de su predecesor, el Abogado Rafael González usó el estrado para dictar su conferencia sobre Derechos de Propiedad Intelectual. “Mil disculpas por la corbata”, bromeó el especialista antes de empezar su exposición.
González afirmó los derechos de autor de una obra están protegidos desde el momento en que fue creada la obra, sin importar que esté o no registrada en el Instituto Ecuatoriano de Propiedad de Intelectual. “Si después rodar una película, voy al IEPI y registro esa obra audiovisual, no por ese registro recién adquiere protección mi obra, sino que por el mero hecho de haberla creado ya tiene protección. Toda obra del ingenio, de acuerdo a la Ley de Propiedad Intelectual y al resto de legislaciones que protegen los derechos de autor a nivel mundial, ya tiene protección desde el momento de su creación”, explicó.
El gran dilema sobre quien tiene los derechos patrimoniales de una obra audiovisual fue resuelto por González, quien mencionó que “para la Ley de Propiedad Intelectual Ecuatoriana, los titulares de los derechos de autor de esa obra son el productor, los autores de guiones o similares, el autor de la música, pero siempre y cuando esta música sea elaborada exclusivamente para la película, y el dibujante, en el caso de obras animadas. El resto de personas que colaboraron en la creación de esa obra, tácitamente han entregado sus derechos a favor de ellos que son los que los van a administrar”.
El conferencista insistió en que “el productor tiene plenos derechos para recuperar su inversión y administrar los derechos patrimoniales de las personas que están involucradas en la creación de la obra. Los artistas jamás serán considerados titulares de los derechos de una obra porque ellos no aportaron al guión, sino que solamente están actuando en base a una obra ya establecida”. Además de esto, afirmó que cuando la obra cinematográfica está basada en una obra preexistente como novelas literarias, igualmente es considerada como una obra original y no que nace de una obra preexistente.
González hizo énfasis en cuanto a las leyendas que se colocan en los discos y explicó que una persona solamente puede hacer un uso a titulo domestico de la obra audiovisual. Es decir, lo máximo que puede hacer de acuerdo a la ley, es sacar una copia adicional como su respaldo, pero jamás para lucrarse en base a ese disco adicional. “Existen organismos como ENRUCOPI (Entidad Recaudadora Única Por Copia Privada) que son los encargados de velar por esta copia privada adicional que se produce. La ley estableció esta presunción de que si yo compro un aparato que me permite realizar nuevos soportes, como una fotocopiadora, o una computadora que puede quemar CDs, automáticamente dentro del precio estoy pagando un valor adicional a favor de los titulares de cualquiera de las obras que podrían ser afectadas”, añadió.
Después de dar esta información, dedicó el resto del tiempo de su conferencia para hablar sobre la piratería y cómo afecta a la creatividad del artista. “La piratería es cualquier reproducción o distribución al público no autorizada por el titular de la obra. La piratería hoy por hoy ha llegado a niveles inalcanzables y está presente en todos lados. La afectación que realiza a la industria cinematográfica y a todas las industrias vinculadas es enorme, porque resta creatividad a cualquier persona el momento que ve que, sin su autorización se están reproduciendo copias de obras suyas”, afirmó.
En cuanto a las acciones que un autor puede tomar cuando se ve afectado por la piratería, mencionó medidas cautelares que pueden ser solicitadas ante el IEPI, como el secuestro del material infractor que se encuentre, el cese de la actividad ilícita, y el secuestro de los medios que tuvo esa persona para el cometimiento de la infracción como quemadores de CDs. Sin embargo, esta misma demanda puede ser presentada ante los jueces de los civil, pero es necesario demostrar la infracción mediante el disco de copia pirata, la nota de venta del lugar demandado, y las pruebas que muestren la titularidad de la obra plagiada.
Como el Ecuador carece de jueces especializados en Propiedad Intelectual, González comentó que es necesario tener un juicio principal ante el Contencioso Administrativo para poder recibir la indemnización por los daños económicos causados por el delito. “El infractor está obligado a pagar los beneficios que yo hubiera obtenido si es que vendía directamente esa obra cinematográfica, más los beneficios que obtuvo ese infractor, más las regalías que estaba obligado a pagarme a mí por los derechos de esa obra, más los gastos y honorarios profesionales”, explicó el especialista, y añadió que las multas van desde 1300 a 13000 dólares y prisión de 3 meses a 3 años.
Ambas conferencias fueron de total agrado para los asistentes quienes no deseaban perderse el resto de actividades programadas en el primer festival audiovisual creado por estudiantes de EDCOM.
0 comentarios:
Publicar un comentario