17 nov 2011

LA OTRA CARA DE LOS TRANSGÉNICOS



La agricultura ha sido la principal fuente de trabajo en el Ecuador, esto data desde la historia de los indígenas. Ellos producían sus propios alimentos para su subsistencia. Nuestros aborígenes sembraban un sin número de productos, sin importarles el clima o el tiempo que demoraban en cultivarse.

Actualmente la agricultura influye en el presupuesto del país, la superficie agrícola abarca aproximadamente el 14%. Los principales productos que se cultiva son el banano, el café, el cacao, el maíz, la papa y el arroz.

La agricultura ha dado un giro rotundo, ahora se usan un sin número de fertilizantes para que los productos maduren rápido y pesticidas para acabar con las plagas de azotan a ciertos productos. Una de las empresas más conocidas en la producción de productos para la agricultura es la Monsanto, la cual elabora herbicidas bajo la marca de Roundup y semillas genéticamente modificadas (alimentos transgénicos).

En estudios científicos realizados por el gobierno argentino se determinó que "el glifosato produjo malformaciones en embriones de ranas y pollos con dosis muchísimo menores que las usadas para la fumigación agrícola". El Prof. Andrés Carrasco aseguro: «Lo hallado en el laboratorio es congruente con las malformaciones observadas en seres humanos expuestos al glifosato durante el embarazo».

La mayoría de los alimentos que consumimos a diarios son genéticamente modificados, porque contienen fertilizantes para obtener un desarrollo deseado por los productores. A estos alimentos se le incorporan genes para que el producto llegue a tener un mayor tamaño, que el proceso de desarrollo sea ligero y para que las plantas puedan resistir a las diversas plagas.

Estos alimentos transgénicos tienen su contra parte, afectan directamente al ser humano que lo consume, a las platas, los animales y al medio ambiente. José Carlos Canalda Cámara comenta la realidad de los productos modificados genéticamente: "El verdadero interés de la ingeniería genética es el beneficio universal como podría ser la obtención de vacas que den más leche o cultivos más resistentes a las plagas, sino que buscan su propio beneficio económico creando variedades de maíz resistentes a un herbicida que fabrican ellas mismas, o comercializando semillas que también dan plantas estériles cuyas semillas no se pueden utilizar en años sucesivos".

Todas las empresas y los agricultores buscan un beneficio propio sin importarles el mal que causan los productos modificados. A pesar de las diferentes investigaciones que certifican el daño que ocasionan se siguen cultivando y utilizando estos productos. Los gobiernos deben hacer hincapié y multar a directamente a la fábrica y a los consumidores, para erradicar la venta y consumido de este mortal toxico.

Escrito por: Magaly Triviño B.

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