Escrito por: Cristian Banchón
En mis manos de niño, con el sucre compraba más. Era el ahorro del fin de semana convertido en moneda. Mil sucres que a la edad de 8 años me dio la oportunidad de invitar a disfrutar de una gaseosa y un dulce a una compañera del curso.
Es el primer recuerdo que tengo del dinero y ha marcado el desarrollo de la relación con este recurso en mi vida, pues podía gastarme mi mesada comiendo con mis amigos.
Diez años después de la conversión de la moneda; aquellos 1000 Sucres, se han convertido en 4 centavos y en realidad, con eso apenas obtengo una copia de algún documento.
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