La Obra de Martha Armijos Koopmann
Escrito por: Karen Márquez
Apreciar el arte de una manera distinta es lo que desea transmitir este artículo exaltando a una de las artistas ecuatorianas más importantes de nuestro país que lastimosamente no es reconocida como debería pero que ha trascendido a través del tiempo.
El desarrollo artístico de Martha Armijos-Koopmann se ve influenciado por su maestra Edith Schaar, artista alemana, residente en España, quien la introduce en la Teoría Gotheana de Colores, así como el trabajo en pan de oro y plata.
Martha Armijos-Koopmann se reencuentra con sus propias raíces trabajando al principio cuadros pictóricos con el tema: Ecuador. Integrando temas actuales e históricos, y materiales como tierra, sapanes, cabalongas, tagua, etc.
La amistad con un joven invidente la lleva a crear su “arte para videntes e invidentes” tomando así una posición pionera. Con sus cuadros palpables rompe barreras y tabús, lo cual causa una resonancia positiva en la asociación de invidentes, en Hamburgo y Cataluña. En estos cuadros la artista integra objetos, materiales y mensajes en escritura Braille.
Fundamental en estos cuadros es la metamorfosis a la que el punto de la escritura Braille está sometida. Por último la artista intenta con su arte formar un puente de entendimiento entre videntes e invidentes.
Sus tres décadas de experiencia como migrante integrada en la sociedad alemana, la llevan a trabajar temas relacionados con la migración. “Huellas que no delatan” es una de las series que será presentada próximamente en un “Centro de Migración” de Hamburgo. En esta ha coleccionado huellas de migrantes con y sin papeles.
Durante algunos años recoge la palabra amor de los diferentes migrantes, escuchando de ellos lo característico de su país.
La serie de cuadros “Otros migrantes”, lleva al observador alemán a concientizar que mucho de lo que es parte de su normalidad, viene de afuera. Los productos, plantas o animales afuereños, hablando en sentido figurado, son también migrantes que enriquecen su país.
El trabajo de los objetos con cáscara de banano es su último proyecto presentado en la “Altonale” de ciudad de Hamburgo, en una instalación bajo el título: “Esperando mi retorno”.
La artista recoge, seca y procesa la cáscara del banano para después convertirla en algo totalmente nuevo: un biombo, una bandeja, una cazuela, unos zapatos etc. Usando soporte de papel o en forma pura. La artista va aún más allá procesando la cáscara del banano para usarlo en sus cuadros, en su mayoría de tipo místico ancestral.
Al elegir al banano, como símbolo de la migración, la artista se compromete y es así como lleva la atención del observador a los aspectos socio-económicos y ecológicos, que tienen que ver con él, así como el sentido de justicia y moral de sus comerciantes y consumidores.
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