21 may 2010

MUSICOLOGIA

Salsa
¡Pura Vida!


Por: Julissa Suárez

“Siento una voz que me dice: ¡Agúzate, que te están velando!
Siento una voz que me dice: ¡Agáchate, que te están mirando!”

Ciertamente muy pocos jóvenes son los que han escuchado este estribillo de “Agúzate”, una espectacular canción interpretada por Richie Ray y Bobby Cruz, sin duda alguna el dúo de embajadores más representativo de este ritmo que contagia y enamora: la Salsa.

Su nombre data de 1933 cuando Ignacio Piñero utilizó por primera vez este apelativo en una canción titulada “Échale Salsita”. Pero no es sino hasta los años 60’ cuando la célebre “Fania All - Stars”, la termina de consagrar como tal.

Tiene un compás de 4/4 y 8 tiempos. La Salsa, que por sí misma ya es una combinación de ritmos, se ha mezclado con otros que han ido desde el rock, el rap, el ska, la bachata, el bolero, cumbia, mariachi y hasta reggaetón.

Este ritmo caliente de origen cubano, es una mezcla de montuno, guaguancó, mambo, bomba, guaracha (perpetuada en el tiempo gracias a la legendaria “Sonora Matancera”), rumba, chachachá, plena, conga y jazz; si recordamos algo de historia esto se atribuye a la influencia norteamericana durante la dictadura Batista en Cuba, a partir de las actuaciones que artistas estadounidenses daban en la isla.

El embargo posterior de Cuba no impidió que su música escapara al escenario mundial para quedarse y crecer en Nueva York, Puerto Rico, Miami y Colombia.

En Nueva York debuta en Brooklyn con salseros neoyorquinos, oriundos de Puerto Rico: Ray Barreto, Bobby Valentín, Héctor Lavoe, Willie Colón, Ismael Miranda, Adalberto Santiago, Ismael Rivera y muchos otros. Más tarde, la “Fania All-Stars” bajo la batuta de Johny Pacheco y el encanto de la siempre inmortal Celia Cruz, la llevaron a la cúspide de su apogeo. Esto es lo que hoy llamamos la época de oro de la salsa.

Sin embargo, con la llegada de ritmos novedosos como la música disco o el merengue, la salsa comienza a decaer y a salir de las preferencias del público, preferencias que no fueron conquistadas hasta que nuevos talentos surgieron con sugestivas líneas e intimidantes sonidos de saxofón que decían:

“Cuando me rozan tus rodillas, tú me quemas; cuando me abrazas y me mimas, tú me quemas; ni el agua de los mares calmará esta hoguera, ¡Tú me quemas!”

Esta conocida canción de Eddie Santiago forma parte de las muchas otras que fundaron el estilo de la salsa erótica que, a pesar de haber sido para muchos un aborto de la salsa clásica, tiene el mérito de regresar a la salsa al ruedo musical. No obstante, este repunte no sería eterno y nuevamente el público comenzó a exigir el retorno de la salsa “dura”; querían ver al cantante “entregándose de verdad, oír un buen solo, escuchar letras que le hablen de la vida, todo lo que la Salsa fue en un principio”.

En esta escena aparecen nuevos soneros que, con letras románticas, pero música agresiva y arreglos bien logrados, estimulan el oído del salsero e invitan a bailar. Dentro de este grupo de cantantes encontramos a los portorriqueños Gilberto Santa Rosa, Víctor Manuelle, Marc Anthony, Tito Nieves, José Alberto “el Canario” entre otros, sin olvidar al panameño Rubén Blades, quien es una eminencia de la vieja guardia.

El país que ha logrado consolidar la expansión de la salsa con mayor vigor, es sin duda, Colombia, con Joe Arroyo, el grupo Niche o la Orquesta Guayacán. Tanto es así que el Ministerio de Cultura de este país la pretende naturalizar, para posteriormente nombrarla patrimonio cultural.

Hay diversos modos de bailar salsa. En Colombia, la danza es muy movida, con movimientos ágiles de la cadera y los pies; la forma de baile cubana se caracteriza por los movimientos acompasados de cadera y hombros, además de ser rica en movimientos coreográficos; mientras que en Puerto Rico se opta por hacer más pausados los movimientos de pies y caderas. Los mejores bailarines de salsa del globo se encuentran en Cali, mejor conocida como “La Capital Mundial de la Salsa”, en dónde los chicos aprenden a bailar salsa entre los 12 y 20 años.

En Ecuador la salsa tiene sus seguidores. En Quito hay diversas academias de baile y lugares para bailar exclusivamente este ritmo. Guayaquil no es la excepción. Existen sitios en toda la urbe. Los hay desde la vía Puerto Marítimo (sur de la ciudad), la zona rosa (centro) hasta la Alborada (Norte) con conocidas salsotecas: La Chocó, La Maravilla y Carlos Alberto.

Entre los sitios más visitados tenemos: “Mi Nuevo Son” (Av. 25 de Julio y las Esclusas), “Cabo Rojeño” (Rumichaca 615 entre Quisquis y Luis Urdaneta), “Klasse” (Rumichaca 524 y Luis Urdaneta), “Boricua” (Quisquis y Rumichaca esquina), “Cali Salsoteca” (Panamá entre Tomás Martínez e Imbabura), “Marea Alta” (escalinata 257 del Cerro Santa Ana, “La Chocó” (Alborada XI etapa), etc.

Si antes no conocías nada acerca de este “ballet caribeño, puedes acudir a las escuelas de salsa que hay en la ciudad, cuyos costos van desde los $28,00 en adelante.

La Salsa es una de las melodías más alegres y más bellas que existen. Déjate llevar por una sinfonía de sones tropicales que te llevarán a tararear con gusto:

“Y después que le pongan salsa, que le pongan salsa, pa’ mojar, pa’ mojar, que le pongan salsa”



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