TECNOLOGÍA Y ECONOMÍA
Por: Rosario Sánchez
La tecnología ha aportado grandes beneficios al ser humano, desde la fantasía de aparatos y dispositivos para la localización y diagnóstico de enfermedades, la creación y mejoramiento de herramientas o accesorios que son útiles para simplificar el trabajo en el hogar. También en el área empresarial ha evolucionado con la incorporación de innovaciones tecnológicas en sus procesos.
Por otro lado, los avances tecnológicos han sido manipulados para obedecer intereses particulares. La innovación tecnológica en las empresas ha provocado que la automatización de procesos sustituya a los trabajadores, generando desempleo.
Las tecnologías, aunque no son objetos específicos de estudio de la economía, han sido a lo largo de toda la historia y son actualmente parte imprescindible de los procesos económicos, es decir, de la producción e intercambio de cualquier tipo de bienes y servicios.
Desde el punto de vista de los consumidores, las tecnologías nos permiten obtener mejores bienes y servicios, usualmente (pero no siempre) más baratos que los anteriores también desde el punto de vista de los trabajadores, las tecnologías disminuyen los puestos de trabajo al reemplazarlos crecientemente. Estas complejas y conflictivas características de las tecnologías requieren estudios y diagnósticos, pero fundamentalmente soluciones políticas mediante la adecuada regulación de la distribución de las ganancias que generan.
Todos sabemos que el siglo XXI está lleno de cambios tecnológicos, pero cada uno los acoge de una manera diferente. Aún así, la tecnología está intentando esforzarse en crear nuevos productos accesibles a personas como la tercera edad.
Sólo es cuestión de abrir la mente a este nuevo mundo interactivo o aceptar que este cambio tecnológico altera inevitablemente el rumbo de las sociedades, produciéndose así las nuevas sociedades interactivas, en definitiva las nuevas generaciones.
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